Al contrario de lo que le pasa a otra fruta, los plátanos se conservan mejor fuera de la nevera, a una temperatura de unos 14ºC. El problema es que en zonas del sur de Europa, cuando no es invierno, las temperaturas suelen ser mucho más altas. No nos queda más remedio que meter los plátanos en la nevera.
La baja temperatura a la que están sometidos en el frigorífico hace que los plátanos maduren antes. La piel del plátano reacciona ante el frío y genera de manera más rápida una sustancia que es la que hace madurar a los plátanos y los vuelve negros.
¿Cómo podemos evitar esto?
1. Lo primero que debes hacer es no separar los plátanos . Déjalos todos juntos en su racimo. Y ahora te proponemos varias alternativas:
2. Envuelve las puntas de los plátanos con film transparente o papel de aluminio. Así el aire no entrará y se ralentizará el proceso maduración. Tápalas muy bien y, luego, introdúcelos en la nevera.
Cuando vayas a comer uno, retira el film o el aluminio, coge sólo un plátano y vuelve a envolver el resto de las puntas de los plátanos con un papel nuevo.
3. Otra opción es envolver los plátanos en papel de periódico y, a la nevera, o envolverlos con papel de cocina mojado y también introducirlos en el frigorífico . Cuando los peles, estarán perfectamente por dentro. Eso sí, colócalos en la parte inferior, en la zona especialmente habilitada para frutas y verduras.
4. Pero, sin lugar a dudas, el truco más sencillo para conservar plátanos más tiempo sin que se pongan negros es introducirlos en una bolsa hermética con medio limón. Luego, al frigorífico, y ten por seguro que permanecerán varios días en buen estado sin que se estropeen.
Fuente: www.abc.es
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