El desayuno al ser la primer comida del día rompe con el ayuno nocturno que realizamos mientras dormimos, por eso, es fundamental para iniciar la actividad del metabolismo interno.
Además, al momento de cuidar la salud, la composición del desayuno suele ser de gran importancia, porque condicionará las sensaciones futuras a medida que avanza el día, tales como el hambre, el cansancio, el estrés, ansiedad y otras.
Cómo lograr un desayuno equilibrado
Como cualquier comida del día, el desayuno debe proveer una cantidad equilibrada de macronutrientes, entonces, nuestro desayuno si bien debe concentrar el 30% de las calorías del día, también debe ofrecer la mayor parte de éstas mediante hidratos de carbono complejos, una pequeña parte pueden ser azúcares, y el resto de la energía debe ser ofrecida por alimentos con proteínas y grasas.
Un 50 a 60% de las calorías del desayuno deben derivar de los hidratos, un 15 a 20% de las proteínas y el restante de las grasas siempre escogiendo aquellas de buena calidad nutricional.
Ejemplos de desayunos equilibrados y nutritivos:
- Vaso de leche con tostadas de pan integral con aceite de oliva y tomate.
- Bocadillo de requesón, jamón serrano y hojas verdes. Zumo de naranja
- Tazón de yogur con fresas frescas y plátano, avena y nueces
- Leche con orejones, avena y almendras. Zumo de naranja.
- Infusión con pan integral con queso, salmón ahumado y semillas de sésamo. 1 kiwi.
Tú puedes armar tu propia combinación de ingredientes teniendo en cuanta las claves antes dadas para lograr un desayuno saludable y nutritivo que favorezca la salud del organismo.
Fuente: www.directoalpaladar.com