Un peligro que se cita con frecuencia al almacenar ajo crudo en aceite es el riesgo de botulismo, una toxina bacteriana potencialmente fatal.
Sin embargo, el calor destruirá las bacterias, por lo que si quieres almacenar una gran cantidad de ajo picado o entero pelado, puedes prolongar su vida útil escalfándolo en aceite. Esto dará como resultado un ajo ya cocido que puedes usar en salsas, aderezos o pastas, junto con su aceite con sabor a ajo.
Método de preparación: para escalfar el ajo en aceite, cubre los ajos con aceite en una cacerola pequeña. (Una proporción fácil es aproximadamente 1/2 taza de aceite por cabeza de ajo). Cocina a fuego lento hasta que hierva a fuego lento (aproximadamente 95 °C) durante una hora. No dejes que el aceite burbujee. Deja enfriar y guarda en frascos de cristal. Se puede refrigerar hasta durante 1 mes.
Fuente: www.nuevoestilo.es