Si quieres evitar que la manzana se oxide, existen algunos trucos infalibles:
- Sal. Para retrasar la oxidación, un buen método es disolver media cucharada de sal en un litro de agua y sumergir los trozos de manzana durante 5 minutos. Después, basta con aclarar con agua fría y guardarlos en un recipiente para cuando quieras consumirlos.
- Miel. La miel tiene un componente que frena la oxidación. Para conseguirlo, basta con mezclar dos cucharadas de miel en un bol y dejar a remojo las rodajas de la manzana durante 1 minuto. Así, aguantará hasta 8 horas como recién cortada.
- Agua fría. Una vez pelada y cortada la manzana, se deja en un recipiente con agua fría durante 5 minutos y tapada con papel film para que no salgan los trozos a la superficie. De esta forma, se evita que la manzana entre en contacto con el aire y cambie su color.
- Zumo de cítricos o refrescos. El proceso es el mismo que en los trucos anteriores: hay que sumergir los trozos de manzana durante unos minutos, pero en este caso, en jugo de piña, limón o en una bebida carbonatada, ya que estas también contienen ácido cítrico.
- Film o bolsas al vacío. Además de tratarse de un gran clásico para que no se oxide la manzana, es también uno de los métodos más simples y efectivos. Basta con envolver los trozos en papel film o introducirlos en una bolsa al vacío para evitar que entren en contacto con el aire.
- Unir las rodajas. Para evitar que se oxide una vez cortada, un gran truco es juntar los trozos, como si se tratase de un rompecabezas, hasta que la pieza recupere su forma original y atarlos con una goma elástica. De esta forma, podremos tener la manzana ya cortada y comerla cómodamente cuando y donde queramos.
Fuente: www.freshis.com