El color, el aroma y el gusto del vino tinto lo predisponen a ser el acompañante ideal para los platos más robustos, sin embargo no siempre tiene por qué ser así.
La constitución rica y compleja en sabores de los vinos tintos los predispone a ser los acompañantes ideales de platos más pesados y de sabores más fuertes.
Su color oscuro, fruto de la maceración, se adapta mejor con el color de las carnes rojas, las salsas oscuras y consistentes.
Sin embargo, el factor determinante en los vinos tintos es su sabor tánico, amargo y astringente a la vez.
Así, el nivel o índice de tanino permite clasificar los vinos tintos en dos categorías de diferente uso, a saber: vinos tintos ligeros con un índice de tanino inferior al 40%, y los vinos tintos con cuerpo, con un índice de tanino superior al 40%.
El tanino presente en las materias sólidas de las uvas, como las pieles y el escobajo, y en la madera de las barricas de envejecimiento, reacciona con las proteínas de las carnes y de sus jugos, con la saliva de la masticación, con fondos de salsas, con quesos de pasta dura o se mi-dura. Estas materias nitrogenadas suavizan la acentuación del tanino.
Otro aspecto a considerar es que en ocasiones algunas personas confunden la evolución del vino con el maridaje. Así, se oye decir que un vino está mejor que hace unos meses, cuando en realidad el vino es prácticamente el mismo y la diferencia puede estar en los platos con que se acompañaron al vino tinto. Dicho de otro modo, el plato con que lo acompañes puede hacer que un mismo vino sea percibido como más o menos delicioso.
Consejos para saber qué vinos tintos elegir con tu platos
En cuanto al maridaje, no existen reglas estrictas, aunque podemos seguir las siguientes pistas para mejorar el sabor de los vinos (y de los alimentos).
Los vinos tintos ligeros y los muy viejos se aconsejarán para las carnes jóvenes, como ternera, cordero lechal, aves o caza de pluma, etc.
Los vinos tintos tánicos, robustos, de gran energía, son los ideales para las carnes rojas, como el buey, cordero, así como carnes negras caza mayor, paloma torcaz, becada, ciervo, etc.
El buqué de los vinos tintos, basado en las frutas maduras, especias, trufas y plantas aromáticas, se ensambla perfectamente con estos manjares cárnicos, mientras que desentona totalmente con los aromas del pescado.
Al mismo tiempo, el tanino prohíbe todo lo que es salado y dulce, ya que estos sabores hacen parecer el vino más duro y amargo.
Fuente: www.vinetur.com