Sin embargo, muchas veces dejamos de usarlos porque nos han quedado duros o gomosos, y preferimos comprarlos en lata o simplemente preparar otra cosa.

Estos granos, ricos en calcio, fósforo y vitamina B, entre otros nutrientes; pueden comprarse secos, ya sea en paquetes o a granel, y para elaborarlos correctamente, es importante el remojo. Dejarlos en una olla de agua que los cubra muy bien durante unas 12 horas (o de un día para otro), hará que aborban algo de agua, hinchándose ligeramente, y volviéndose más suaves con la cocción.

El agua usada para esto debe estar tibia o a temperatura ambiente, si está caliente, se endurecerán por fuera. Si estuviéramos apurados, podemos usar agua fría con un poquito de bicarbonato y reducir el tiempo a unas 10 u 8 horas, pero es mejor tener un poco de paciencia.

Una vez transcurrido el tiempo, lava los garbanzos (especialmente si el agua tenia bicarbonato) y déjalos cocer en agua hirviendo. Usa suficiente agua para que los sumerja varios centímetros y si hace falta, agrega un poco más de agua a medida que se evapore. Deja en la olla por aproximadamente 2 horas, a fuego medio. Revisa de vez en cuando hasta que tengan el punto que te gusta.

Fuente: www.thegourmetjournal.com

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