Para mantener frescas las hojas de hallaca, límpialas bien, sécalas completamente, úntalas con un poco de aceite, envuélvelas en plástico o en una hoja grande y guárdalas en la nevera (duran unos 15 días) o en el congelador (hasta un mes), ya que el frío ayuda a su conservación prolongada y a mantener su flexibilidad. 

Método para nevera (Corto plazo)

  1. Limpieza y secado: Lava las hojas y sécalas muy bien con un paño o papel de cocina para quitar toda la humedad.
  2. Engrasado: Pásales un poco de aceite (puedes usar el aceite onotado) por el lado liso para que no se sequen.
  3. Envoltura: Envuelve las hojas limpias y secas en papel film o en una bolsa plástica grande.
  4. Almacenamiento: Guárdalas en la nevera, donde pueden durar hasta 15 días. 

Método para congelador (Largo plazo)

  1. Preparación: Sigue los mismos pasos de limpieza, secado y engrasado que para la nevera.
  2. Doblado: Dóblalas cuidadosamente sobre sí mismas o en rollos manejables.
  3. Congelación: Mételas en una bolsa para congelador, asegurándote de sacar el aire, y congela. Se conservarán bien hasta por un mes o más. 

Antes de usar las hojas congeladas

  • Sácalas del congelador y déjalas descongelar a temperatura ambiente. Estarán flexibles y listas para usar en tus hallacas. 

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