Para mantener frescas las hojas de hallaca, límpialas bien, sécalas completamente, úntalas con un poco de aceite, envuélvelas en plástico o en una hoja grande y guárdalas en la nevera (duran unos 15 días) o en el congelador (hasta un mes), ya que el frío ayuda a su conservación prolongada y a mantener su flexibilidad.
Método para nevera (Corto plazo)
- Limpieza y secado: Lava las hojas y sécalas muy bien con un paño o papel de cocina para quitar toda la humedad.
- Engrasado: Pásales un poco de aceite (puedes usar el aceite onotado) por el lado liso para que no se sequen.
- Envoltura: Envuelve las hojas limpias y secas en papel film o en una bolsa plástica grande.
- Almacenamiento: Guárdalas en la nevera, donde pueden durar hasta 15 días.

Método para congelador (Largo plazo)
- Preparación: Sigue los mismos pasos de limpieza, secado y engrasado que para la nevera.
- Doblado: Dóblalas cuidadosamente sobre sí mismas o en rollos manejables.
- Congelación: Mételas en una bolsa para congelador, asegurándote de sacar el aire, y congela. Se conservarán bien hasta por un mes o más.
Antes de usar las hojas congeladas
- Sácalas del congelador y déjalas descongelar a temperatura ambiente. Estarán flexibles y listas para usar en tus hallacas.


